Los Animales de compañía nos enseñan diferentes Formas de relacionarnos con la tierra y los seres que la habitan, es importante recordar que Somos parte del reino animal y virtudes como La Fidelidad que nos ofrece la capacidad de permanecer comprometidos es sin duda la representación de amor que se da como un soporte de lo que conocemos como la “amistad”.
En los últimos años ha aumentado significativamente la demanda en psicología de la certificación de animales como “apoyo emocional” y otros servicios para las personas, con el fin de que los animales sean autorizados a ingresar con sus tenedores a espacios públicos, medios de transporte e instalaciones privadas. Ley 1090 de 2006 y los animales como factor de salud, lo avala, en la cual se reglamenta el ejercicio de la profesión de Psicología, se dicta el Código Deontológico y Bioético y disposiciones, que indican que teniendo en cuenta la naturaleza biopsicosocial, la relación del ser humano con otras especies animales resulta sensible y de interés ya que el ser humano interactúa ecológicamente con su entorno.
Al interactuar con las mascotas se libera serotonina, dopamina y oxitocina, hormonas que generan bienestar, paz y armonía, previniendo así la depresión. También baja el cortisol, hormona relacionada con la ansiedad y el estrés. Otros estudios han descubierto que los animales pueden reducir la soledad, aumentar los sentimientos de apoyo social y mejorar su estado de ánimo los dueños de mascotas experimentaban una reducción del 30 % en el riesgo de muerte por ataque al corazón al tener unos niveles de estrés.
Es de Vital importancia entender que para certificar el acompañamiento terapéutico de las mascotas, Los profesionales necesitarán hacer una evaluación, teniendo en cuenta que como psicólogos o no, todos los ciudadanos estamos obligados a acatar las leyes más allá de la profesión, incluidas las que prohíben el maltrato animal, y protegen la salud y la convivencia comunitarias, entonces, no bastaría que el Psicólogo certifique la necesidad de una persona de un animal de asistencia o terapia, sino que también estaría obligado a verificar el bienestar del animal, y garantizar que el animal no afecte la salud y el bienestar de las personas a su alrededor, desde la certeza (y la evidencia) de que el animal ha sido entrenado por el profesional competente para el apoyo emocional.